menuda mentira,
menuda mierda de día,
y yo que me las prometía felices,
yo pensando en desfiles de victoria,
y en ramos de flores,
y en júbilos y en vítores,
y ahora resulta que nada es verdad
y que todo es mentira,
y puede que me equivoque,
o puede que no,
pero el engaño se paga,
y la mentira se condena,
se paga, se condena, se castiga,
y se escupe encima de ella,
y odio y odio la cultura del engaño.

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