HIPOCONDRÍACOS

Y tengo a mi hijo mediano enfermo y ¿como puede ponerse uno enfermo en pleno verano?. Joder, para eso está el largo y aburrido Invierno, para arroparte entre las mantas y acurrucarte en una esquina de la cama y con la estufa encendida y con ese olor a leña quemada. Pero bueno, el chaval ha tenido mala suerte y ahí está tirado en el sofá y al cuidado de su loco padre. Yo la verdad que enfermo no me pondría nunca, si por mi fuera, claro y lo digo porque hay gente predispuesta a ponerse. Gente que vive encogida y que suele tener ese carácter enfermizo que le predispone a que se pille cualquier bicho que pase a mil kilómetros de distancia.

Y claro, suelen ser unos hipocondríacos de mierda y me duele aquí y me duele allá y cierra la ventana que entra el aire frío y después me resfrío y al final, me entra la Gripe de Madagascar. Porque lo anteriormente dicho, se pillan el virus que asola en la otra punta del mundo. Y cuidado con las películas y documentales que vean, pues si de alguna manera tocan temas enfermizos, pues la hemos cagado, a continuación ya sienten los síntomas descritos y además los que se inventan.

Porque la imaginación hipocondríaca es rica y unen cosas imposibles y para que todo coincida con su puta enfermedad imaginaria, se inventan causas, argumentos y síntomas. Si el primer tratamiento que había que hacer con un hipocondríaco, es taparle la boca y a cal y canto. Calla mamón de mierda y escucha, tú no tienes nada, ni los va a tener y porque lo digo yo y me reafirmo en los libros y no le das la bibliografía, porque se la pondrá leer. Lo segundo sería quitarle el Internet y he visto por el Internet que ésta enfermedad se complica y bla, bla, blá. Pues nada, taparle la boca, quitarle el portátil, poner bajo llave los libros de su casa, desenchufarle la tele o tirársela por la ventana y por último darle un placebo, un trozo de pastilla de algo, de esas que sobran del abuelo y decirle que esa pastillita le quitará sus males.

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JULIO CORTÁZAR