Y el otro sueño que tuve era que un tío muy pesado no dejaba de preguntarme: tío ¿tú que eres Hetero? y yo le decía que si, que soy hetero. Y el tío no paraba de repetirme y tú como lo sabes, ¿sino has probado otras cosas?. Y así fue el sueño, el sueño que al final se convirtió en pesadilla, pues esa pregunta y sus contestaciones, se repetían mil veces dentro de mi cabeza y siempre sin encontrar una salida. Porque también le decía que yo era Hetero y porque me gustaba serlo y el tío venga a decir lo mismo, y eso como lo sabes sino has probado otras alternativas. Estuve a punto de decirle al tío capullo, pues ponte de espaldas y ya verás como te rompo el culo.
Yo parto de una cosa, de que no somos dioses y para poder opinar o sentir algo, no hay porque previamente probar de todo. Sino sería la hostia y entonces tendrías que pasar por el proceso de gay, de lesbiano y de transe y todo para poder decir que eres Hetero. Yo lo único que puedo decir que soy Hetero hasta hoy y que mañana no lo sé y porque a lo mejor mañana se me cruzan los cables y me gusta más un culo que una almeja. La teoría de tener que probarlo todo y antes de que te decidas por algo, es una falacia, porque sus defensores se olvidan que lo del sexo es instintivo y que si te gusta una tía, pues te gusta en general y no por sus tetas o por su cintura, aunque te entusiasmen todos sus ingredientes.
Vamos a ver, que a mi gustan las tías y lo sé porque se me van los ojos tras ellas y porque sus tetas me vuelven loco y porque hasta en el mundo de mis sueños,
me veo rodeado de tías y de tías en pelotas. Y ante eso no hay razonamiento posible, porque éste tema no es cuestión de razonamientos y de argumentos, éste tema es de gustos y uno sabe perfectamente si le gusta más un calamar que una centolla. Tampoco niego que a lo mejor me da la vena del probar todo y me cepille desde un escarabajo a una garrapata, pero de momento, vuelvo a repetir que soy Hetero. Soy Hetero, pero que quede claro, que no soy un capullo. Que no sé que tiene que ver el ser Hetero con los capullos, pero no sé, supongo que tenía que decirlo.
Yo parto de una cosa, de que no somos dioses y para poder opinar o sentir algo, no hay porque previamente probar de todo. Sino sería la hostia y entonces tendrías que pasar por el proceso de gay, de lesbiano y de transe y todo para poder decir que eres Hetero. Yo lo único que puedo decir que soy Hetero hasta hoy y que mañana no lo sé y porque a lo mejor mañana se me cruzan los cables y me gusta más un culo que una almeja. La teoría de tener que probarlo todo y antes de que te decidas por algo, es una falacia, porque sus defensores se olvidan que lo del sexo es instintivo y que si te gusta una tía, pues te gusta en general y no por sus tetas o por su cintura, aunque te entusiasmen todos sus ingredientes.Vamos a ver, que a mi gustan las tías y lo sé porque se me van los ojos tras ellas y porque sus tetas me vuelven loco y porque hasta en el mundo de mis sueños,
me veo rodeado de tías y de tías en pelotas. Y ante eso no hay razonamiento posible, porque éste tema no es cuestión de razonamientos y de argumentos, éste tema es de gustos y uno sabe perfectamente si le gusta más un calamar que una centolla. Tampoco niego que a lo mejor me da la vena del probar todo y me cepille desde un escarabajo a una garrapata, pero de momento, vuelvo a repetir que soy Hetero. Soy Hetero, pero que quede claro, que no soy un capullo. Que no sé que tiene que ver el ser Hetero con los capullos, pero no sé, supongo que tenía que decirlo.
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