REENCARNACIÓN

Son las 5 de la tarde y el día transcurre como el quiere, yo no tengo el poder de que el día cambie. Está nublado y eso me gusta, lo que no me gusta es que esté nublado con éste grado de humedad. Ya me queda menos para salir de Alcatraz y en la próxima vida en que me reencarne, ya sé que tengo buscar un sitio intermedio, me gusta y adoro el sol y también los días de lluvia, pero mi cuerpo no es compatible con las humedades profundas.

Pues nada antes de nacer negociaré con Dios y le diré que salgo al mundo si él me concede éste deseo. Ese y algunos otros, por ejemplo que sea alto y guapo y con un cuerpo Danone, porque puestos a pedir, no hay que cortarse. De chaval le hubiera pedido una lacia melena rubia y ahora le pediría sólo, que me pusiera más pelo. De chaval yo pedía lo contrario de lo que era y si era rubio le pedía pelo moreno y cuando me volví moreno, ya quería ser rubio de nuevo y con todo igual, pelo lacio, pues pelo rizado y pelo rizado, pues pelo lacio y mecido por el viento del Atlántico.

Ahora soy más humilde y no tan contradictorio, ahora sólo pido un poco más de pelo y unos cuantos años menos. Estoy bien así y tampoco es para rajar mis vestiduras o para tirarme por un acantilado, pero y siempre hay un pero y unos cuantos parches naturales me vendrían muy bien. Nada de cirugía estética, aunque a veces y delante del espejo me dan ganas de quitarme esas bolsas que tengo debajo de los ojos, pero eso sólo dura un momento, después vuelvo a pedir un poco más de pelo. Lo del pelo de momneto, lo tengo controlado, rapado al cero y al carajo el pelo. Total el puto pelo ¿para qué sirve? y está más que claro, que el no se consuela es porque no quiere.