Indulgente, ¿qué es?. ¿Es ser flexible y asertivo?. Es ponerte en el otro lado o en el que tienes enfrente y el saber ponerse en la piel ajena. Indulgente es saber perdonar y sobre todo es no andar por la vida con principios inamovibles y esquemáticos. Y se puede ser indulgente con todo, menos con tus principios, si los tienes claro. Pero vamos a ver, ¿quién coño no tiene principios?. Le podrán llamar de otra forma o manera, pero todo dios tiene cuatro ideas o principios claros, y esos son los valen para andar por el puto mundo.
O sea que nadie se venga con zarandajas, de que yo no tengo principios. Todos los tenemos, pues para eso estamos capacitados, para pensar y decidir. Y si hay alguien que dice lo contrario, o está descerebrado o tiene un tumor maligno dentro de su asqueroso cerebro. Aquí no hay chicha ni hay limoná, aquí hay lo que hay y hay un cerebro humano y que se nutre de conocimientos y ese mismo cerebro condensa los conocimientos en ideas y las va destilando en pequeñas gotas. Y esas gotas son nuestros principios, pues son nuestras ideas propias.
Es que hay algún capullo suelto que va y te dice, que él no tiene principios y que no tiene ni una idea clara. Y yo me quedo pensando, ¿si estoy hablando con un vegetal o con un percebe?. Y coño si habla es porque tiene lengua y porque tiene su cerebro y si le pellizco, le duele y se queja y entonces y al parecer, siente. Pues eso es ser persona, pero para que sea persona al completo, tiene que pensar y decidirse y porque somos personas con ánimo o animadas y tenemos que reflejar con las palabras nuestros pensamientos. Tampoco es tan difícil decir que me duele y cuando te pellizco y por tanto y en consecuencia, tío, no me vuelvas a pellizcar más. Y eso es ya tener una idea clara y por tanto ya es tener un principio, el que no me vuelvas a pellizcar, ¡capullo!
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