Leí algo que a modo de conclusión decía más o menos esto: ¡que me importa a mi vivir dentro de un sueño! si yo prefiero vivir la realidad de cada día, decía.
Bueno, pues yo no no sé que decir a esto. Porque vivir el día a día sin más, es bonito mientras sea bonito, pero como dice la propia palabra realidad, la realidad se cambia y se transforma por sí misma y en función de multitud de variables, que por supuesto no sólo dependen de nosotros mismos.
Además vivir dentro de un sueño también es bonito y mientras dure el sueño no hay que desdeñarlo, al revés hay que disfrutarlo. Soy de la opinión de que hay que vivirlo y hasta que se acabe, pues un sueño es un momento, pero es un momento que no tiene trabas, ni fronteras delimitadas, es un momento espontáneo y como tal, sólo tiene su propio límite, que es el tiempo que dure
Y por otro lado, porqué van a ser incompatibles vivir un sueño y al mismo tiempo la realidad de cada día. Pero esto es fácil de decir, porque en el mundo de las realidades, esas son dos cosas que chocan. No debían ser incompatibles y debían ser complementarios y sueño y vivo y sueño más y disfruto más de mi vida. Una quimera más, una idea buena en un mundo lleno de imperfecciones.
Por todo eso, al final chocan como dos mundos contradictorios. Pero bueno, yo no voy a ser el rey del conformismo y no me adapto y menos lo acepto. Yo sigo en mis trece y persigo como un jabato el mundo de mis sueños y si puedo y para ello lucho y lucho mucho, intento en el día a día que mis sueños por fin se realicen. ¡Sueño despierto y sueño dormido y si sueño, es que sigo vivo!.
Bueno, pues yo no no sé que decir a esto. Porque vivir el día a día sin más, es bonito mientras sea bonito, pero como dice la propia palabra realidad, la realidad se cambia y se transforma por sí misma y en función de multitud de variables, que por supuesto no sólo dependen de nosotros mismos.
Además vivir dentro de un sueño también es bonito y mientras dure el sueño no hay que desdeñarlo, al revés hay que disfrutarlo. Soy de la opinión de que hay que vivirlo y hasta que se acabe, pues un sueño es un momento, pero es un momento que no tiene trabas, ni fronteras delimitadas, es un momento espontáneo y como tal, sólo tiene su propio límite, que es el tiempo que dureY por otro lado, porqué van a ser incompatibles vivir un sueño y al mismo tiempo la realidad de cada día. Pero esto es fácil de decir, porque en el mundo de las realidades, esas son dos cosas que chocan. No debían ser incompatibles y debían ser complementarios y sueño y vivo y sueño más y disfruto más de mi vida. Una quimera más, una idea buena en un mundo lleno de imperfecciones.
Por todo eso, al final chocan como dos mundos contradictorios. Pero bueno, yo no voy a ser el rey del conformismo y no me adapto y menos lo acepto. Yo sigo en mis trece y persigo como un jabato el mundo de mis sueños y si puedo y para ello lucho y lucho mucho, intento en el día a día que mis sueños por fin se realicen. ¡Sueño despierto y sueño dormido y si sueño, es que sigo vivo!.
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