BALCONING

Y ya puestos en éstas horas tan intempestivas, pues es la 1 y media de la madrugada, me lanzo a la piscina sin paracaídas y hago Balconing. Lo del Balconing, que es tirarse desde un balcón de un quinto piso a la piscina del Hotel, triunfa por estos lares, bueno en ésta Isla no, pero en las de al  lado y que pertenecen al mismo Archipiélago, pues sí. Y triunfa entre los guiris borrachos y ya van varios muertos y lisiados por hacer semejante estupidez.

Yo quitaría las piscinas de los Hoteles y las rellenaría de hormigón, así el que se tira tiene el billete asegurado hacia el otro lado. Te ahorras lisiados por un tubo y todos los gastos que conllevan: la atención primaria, las operaciones posteriores, el traslado a su punto de partida y la rehabilitación. Además los Hoteles debían tener una sala llena de cajas de pino y el que cayera en vuelo directo sobre el hormigón, pues directamente a la caja pino. Total salvar a un descerebrado medio lisiado no va tener ni el perdón de dios.

Yo concibo al ser humano como persona que tiene cerebro y si le falta éste último, creo que no va a tener solución. Ahora si el mismo se chafa contra el suelo, pues va a ser mejor, uno menos y el resto que se ponga en cola y en fila de a uno. Además para asegurar del todo el asunto, a estos guiris los pondría en la planta 10 para arriba y si se tiran al vacío, estará plenamente asegurado que quedarán los sesos esparcidos por el hormigón. Con éstas cosas, si que queda demostrado la teoría de la selección natural y al final, sólo quedan vivos los que tienen por lo menos de una neurona para arriba y por lo tanto, quedan los que no se han tirado desde el balcón.

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JULIO CORTÁZAR