DICCIONARIO VITALISTA

Otro día más, otro día entre tantos más y que ya está llegando a su término, pues son las 11 de la noche y solamente queda una hora para las doce campanadas de medianoche. Como en el fin de año pero sin serlo y tampoco sin las doce asquerosas uvas que nos hacen papear en fin de año. Por lo menos aquí en España las últimas uvas que se cogen es a finales de Septiembre y desde esa fecha tienen que aguantar en frigorífico las uvas y claro, salen todas tiesas y casi son pasas. Bueno ahora también las importan  desde Chile, pero lo que no sé, es si allí están en época de cosecha.

Lo apuntaré en mi libreta para después buscar en Wikipedia, claro que apunto y después me olvido que he apuntado algo, pero en estos casos vale más la intención y esa es la que cuenta. Y lo de Wikipedia me resuelve algunos temas, pero no los más fundamentales, pues yo quiero respuestas filosóficas sobre nuestra existencia y cada vez que le pregunto ¿que hago yo aquí? y el ¿porqué no estoy en otro sitio?, va y no me responde nada. Tiene que ser cosas banales y sin importancia, como la fecha de una guerra o en que año nació Napoleón Bonaparte.

Yo lo que quiero es una herramienta buena que me responda a mis preguntas vitalistas. Quizá algún día me anime yo a montar esa empresa y entonces, crearé un diccionario de respuestas vitales. Y cuando me pregunte alguien, ¿Porqué nací?, le diré que nació producto de un mal polvo y que su padre no supo hacer el retroceso y así de simple, sería mi respuesta. La gente quiere y demanda cosas simples y sencillas y nada de pajas mentales complicadas. Quizá un  día me anime hacerlo y además seré todo un emprendedor y ya podré ir a la televisión y que me hagan entrevistas sobre mis innovadoras ideas.

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JULIO CORTÁZAR