En el Instituto éramos tres amigos, a veces inseparables y los tres metidos en lo mismo, en la revolución pendiente. Con uno tuve más relación pues estábamos en la misma Facultad y vivíamos en el mismo piso, con el otro, nos veíamos de vez en cuando por Santiago, que era donde los tres estudiábamos. Con el más allegado, todo fue bien hasta que... hasta que apareció la maldita droga dura por el medio y él se colgó del Caballo. O sea que cogió un trote diferente que el mío y cada encuentro era un paso más hacia la separación definitiva y hasta que un día ocurrió. Se rompió esa relación y quedó hecha añicos, claro que ésta es mi visión de esa historia y puede que haya otra, la que él tiene.
Con el otro amigo, por un tiempo seguimos manteniendo el hilo que nos unía y nos veíamos de vez en cuando. Claro que con bandazos, a veces pasaban años sin vernos. Yo sé y lo sé muy bien, que yo no hice todo lo que tenía que hacer para mantener esa relación de amistad, digamos que la descuidé demasiado y eso lo pagué con creces. Porque de alguna manera el reclamaba algo por mi parte y yo juro, que no me enteraba, estaba más metido en mis propios problemas, que de aquellas eran muchos, eran muchísimos.
Pero bueno, hace ahora dos años le escribí pensando en que podía perdonarme y en que todo se arreglaría. Hombre, yo tengo un historial delictivo bastante importante y pensaba que ese historial me serviría de atenuante y porque era cierto. Pero no señor, no valió de nada, ni siquiera me contestó a mis escritos. Y claro hasta ahí llegamos, me cabreé y le mandé un correo de esos que hacen temblar los cimientos y los pilares de la Tierra. Y ésta es la ruin historia de tres que fueron amigos y que ahora ya no lo son tanto. Aunque tengo que reconocer que de vez en cuando los echo de menos.
Con el otro amigo, por un tiempo seguimos manteniendo el hilo que nos unía y nos veíamos de vez en cuando. Claro que con bandazos, a veces pasaban años sin vernos. Yo sé y lo sé muy bien, que yo no hice todo lo que tenía que hacer para mantener esa relación de amistad, digamos que la descuidé demasiado y eso lo pagué con creces. Porque de alguna manera el reclamaba algo por mi parte y yo juro, que no me enteraba, estaba más metido en mis propios problemas, que de aquellas eran muchos, eran muchísimos.Pero bueno, hace ahora dos años le escribí pensando en que podía perdonarme y en que todo se arreglaría. Hombre, yo tengo un historial delictivo bastante importante y pensaba que ese historial me serviría de atenuante y porque era cierto. Pero no señor, no valió de nada, ni siquiera me contestó a mis escritos. Y claro hasta ahí llegamos, me cabreé y le mandé un correo de esos que hacen temblar los cimientos y los pilares de la Tierra. Y ésta es la ruin historia de tres que fueron amigos y que ahora ya no lo son tanto. Aunque tengo que reconocer que de vez en cuando los echo de menos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario