Puede que últimamente nadie me haya visto,
puede que haya sido declarado, desaparecido,
que el último día en que nos vimos
fuera aquél jueves del mes de mayo
afuera llovía a cántaros
dentro se sudaba del calor que hacía,
tú te habías pedido una cerveza
y yo un gin tonic.
Yo prefería quedarnos en la barra
en cambio tú me indicabas una mesa
y al final, nos sentamos cada uno a un lado de la mesa
frente a frente y con la mirada llena de impaciencia
olía a tierra recién mojada
se hacía insoportable el ruído agudo de la cafetera
uno, miraba por encima del hombro del otro,
el otro, miraba como volaba una mosca,
dos tragos de cada cosa,
dos largos tragos y más largos fueron los silencios
se cortaba el aire de denso que era
se nublaba la vista y las palabras no brotaban
total que al final nos miramos de nuevo,
y al mirarnos comprendimos que no había nada que decir,
dos nuevos largos tragos
y sin más, nos levantamos.
y yo una vez que salí por aquella puerta,
nadie volvió a encontrarme jamás.
Desde aquellas estoy desaparecido
y creo, que seguiré...
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