No tengo toda la calma del mundo en mis manos
no tengo todo el poder de la calma
pero intento que esté conmigo
a mi lado, a mi vera,
sentada en una silla junto a mi mesa
intento que me de un beso calmadamente
que me acaricie tranquilamente
que se duerma a mi lado
y que juntos durmamos 20 horas
y con pausas incluídas
pero la calma tiene su propia pausa
y ella marca el lento paso de los minutos pausados
y de los momentos que dejamos pasar lentamente
y en aquellas tardes que se hacían eternas
y porque la magia estaba de nuestro lado
y justo cuando sonaba el campanario de aquella vieja iglesia
nos dimos cuenta que al día siguiente
igualmente sonarían tan lentamente como ahora
lo estaban haciendo.

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