Mi suerte no es tenerte,
ni mi mala suerte es no haberte conocido antes
y porque todo y cuando digo todo, es que es todo
tiene su momento gloria y tiene su momento de miseria.
En ésta vida no hay paños calientes
ni palmaditas en la espalda
ni siquiera hay una palabra de ánimo
cuando todo lo has dado por vendido
y solo quieres vender tu chiringuito
y en las mejores condiciones.
Cuando uno ve que todo el pescado está vendido
y que has vendido en el mismo lote
tus mejores alegrías y tus peores miserias,
uno respira un poquito mejor
y toma la calma como lema
y quiere aparcar con su mierda de coche
en la puerta de su casa
y porque ya ha vendido sus piernas
y en el mismo lote también vendió
los temores que le hacían bulto en su entrepierna,
pues cuando uno se encuentra así,
debe ser sincero consigo mismo
y decirle al mundo
que alegría de habernos conocido
y yo ahora, me quedo a vivr en mi choza
rodeado de mis cosas
protegido por estos anchos muros de castillo medieval
con mis plantas y mis flores
y con esas ganas de querer
con las que me despierto cada mañana.

No hay comentarios:
Publicar un comentario