No soy de los que piensa
que mi vida ha sido una mierda
y que sí, que hubo momentos en lo que fue
y que nunca deben ser olvidados,
aunque os puedo asegurar
que por mucho que tú quieras y por mucho que te empeñes,
nunca y jamás serán olvidados
lo malo que ocurrió en tu vida
está grabado a cincel y martillo
sobre esa gran y dura piedra que tienes dentro de tu cerebro
y que como si fuera el muro de tus lamentos
y donde vas a peregrinar cada cierto tiempo
y para que lamentes todo lo que has perdido.
Pero volvamos a atrás y empecemos de nuevo,
mi vida no ha sido una mierda
pero tampoco ha sido vivir en el puto paraíso
y lleno de flores y de amores
y todos paseando en pelotas en una playa nudista
y con vistas a la bahía
y justo en ese momento
está pasando un velero con sus velas desplegadas
y con un hermoso faro al fondo de la postal
mientras las olas del mar rompen suavemente
junto a tus pies de porcelana
y mientras paseamos nos cogemos de la mano
y reímos y nos sonreímos
y como si todo aquello fuera nuestro
o como si no lo fuera, pues nos daba igual,
lo nuestro estaba por encima de lo material
y era pasta de otro mundo
y era estar en Júpiter y después, en Saturno
y para aterrizar suavemente en un claro de un bosque
que estaba a poca distancia de aquella playa.

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