
Pues a lo que iba, esta mañana soñé con un pasma local, un pasma de mi pequeño y entrañable pueblo y que el tío me ponía otra multa más, otra más aparte de las que ya me puso. Pues éste enano infiltrado, éste hijo puta disfrazado de cabrón con pistola y enano físico y mental y al que yo le puse varias veces del revés y de vuelta y media y en una de mis numerosas cartas al periódico local (cosa que ya he dejado de hacer y debido al resultado y al éxito obtenido), pues el tío va a por mí y yo a por él y es un odio mutuo y manifiesto y cuando nos vemos de frente o de soslayo, las miradas matan hasta las moscas del ambiente, es como un duelo de película del oeste y a ver quién mantiene más tiempo la mirada.

Son fantasmas con un cinturón portentoso y hortera y además que son despreciados por el resto de los pasmas, pues no los traga ni la guardia civil, ni la policía nacional, porque sencillamente se lo han ganado a pulso, ganan más y trabajan peor y menos, que los demás del gremio. Bueno vamos al sueño, pues el sueño acabó con el pasma poniéndome una linda multita y yo no se la pagué y porque me salió de los cojones y es más, después supe donde vivía y la película acabó quemándole yo, su puñetera casa de pasma y todo el sueño se resumió en un montón de cenizas. Y aquí, se acabó la película. ¡¡Qué bonito final de película!!. ¡A que sí!.