Y mañana viajo a la tierra del bullicio, porque Cádiz es sobre todo eso, bullicio. Gente en los bares, gente en las terrazas, gente por las aceras y siempre hablando y hablando o eso me parece a mi, que siempre están hablando. Será porque hablan demasiado o será porque yo hablo menos que ellos, pero el caso es que si veo una representación mental de un gaditano, lo veo hablando y con esa verborrea diarreica del como se habla en Cádiz. Se comen palabras y se saltan las frases y no creas que es fácil el seguirles, pues antes tienes que hacer un cursillo acelerado de como se comen las palabras.el Bullicio se lleva y es más, hasta se agradece. Lo que ya no llevo tanto es a los graciosillos de turno. Pues parece que para ser Gaditano y de pura cepa, tienes que tener gracia y eso ya se sabe, la gracia se tiene o no se tiene y eso pasa tanto en Cádíz como en Pernambuco. Por tanto proliferan las falsos graciosillos y se hacen insoportables.
Y dale con la gracia de Cádiz y olé y la puta gracia de Cádiz y olé de nuevo y venga otro chiste de mierda y si tu no lo ríes, es porque no te enteras de nada. Y además como eres de fuera, pues eso que no coges el acento o no coges el doble sentido. Vamos como si ser de fuera equivale a ser tonto y gilipollas, pues al principio es verdad que te enteras a medias, pero después de un cursillo acelerado, ya te enteras de todo.
Porque no sé si lo sabéis, pero los graciosillos son pesados o son unos plastas. Pues ellos siguen convencidos de que tienen gracia y además ¿como un gaditano no puede tener gracia? y entonces un chiste tras otro y sin tener misericordia. Lo mejor y lo digo por experiencia propia, es mandarlos a tomar por culo en el primer chiste, porque sino después se enganchan y ya no paran. Cada tierra tiene su punto negro y éste es el punto negro de Cádiz.La verdad es que se le saca punta a todo y también que hay mayor índice de cosas y personas graciosas. Además la gracia se respeta y se le reconoce y esos son muchos puntos a su favor. Se admira a él que sabe sacar la puntillita y al que sabe sacar la ironía. O sea que como todo, tiene su parte buena y muy buena y otra que no lo es tanto. Después en el día a día, es como todos los sitios, la misma mala hostia, la misma mala baba y la misma envidia y codicia y en el medio, mucha pero mucha alegría y mucha verborrea diarreica.
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