Parece mentira pero hoy que estoy descansado y relajado, no me sale nada. La impaciencia del que tiene ganas, porque las ganas no se me quitan, es más las ganas aumentan cada día que escribo. Quizá y también sea, que cada día me exijo más y quiero escribir mejor y decir las cosas más claras y porque en el fondo no quiero estancarme. Estancarse es igual o peor que dejarlo, pues si lo dejas cuando te ves que aún dices algo, te sientes reconfortado y en cambio si acabas dejándolo por sentirte estancando, eso da una sensación de fracaso.
Pero bueno nadie habla de dejarlo o de estar estancado, pues por una hora en que nada te sale, no vas a tirar todo por la borda. Al fin y al cabo éste es mi tesoro y será la herencia que dejaré. Supongo que algún día lo leerán mis hijos y entonces se cagarán en el padre que han tenido, pero por lo menos no podrán quejarse de no haber conocido a su padre. En vida seguro que no me han conocido y porque yo no soy un dios en la tierra y por tanto yo no soy un padre ejemplar. Tengo mis fallos y grandes, tengo mis prejuicios, tengo mis vergüenzas, tengo mis complejos y también tengo mis aciertos.
Vamos que soy la cara A y la cara B al mismo tiempo y por eso quiero dejar reflejadas las dos caras y que mis hijos, más adelante, saquen sus propias conclusiones. Además yo no escribo para dejar nada a nadie, escribo porque me apetece y porque esto me ayuda a tirar para delante. Que no soy un profeta en mi tierra, ni soy un santo que predica en el desierto, soy yo y con mis contradicciones, soy yo y con mis virtudes y soy yo y soy defectuoso. Pero si quiero dejar clara una cosa, ¡es que por encima de todo están los sentimientos!. Eso sí quiero que quede reflejado y que quede reflejado para siempre.
Pero bueno nadie habla de dejarlo o de estar estancado, pues por una hora en que nada te sale, no vas a tirar todo por la borda. Al fin y al cabo éste es mi tesoro y será la herencia que dejaré. Supongo que algún día lo leerán mis hijos y entonces se cagarán en el padre que han tenido, pero por lo menos no podrán quejarse de no haber conocido a su padre. En vida seguro que no me han conocido y porque yo no soy un dios en la tierra y por tanto yo no soy un padre ejemplar. Tengo mis fallos y grandes, tengo mis prejuicios, tengo mis vergüenzas, tengo mis complejos y también tengo mis aciertos.Vamos que soy la cara A y la cara B al mismo tiempo y por eso quiero dejar reflejadas las dos caras y que mis hijos, más adelante, saquen sus propias conclusiones. Además yo no escribo para dejar nada a nadie, escribo porque me apetece y porque esto me ayuda a tirar para delante. Que no soy un profeta en mi tierra, ni soy un santo que predica en el desierto, soy yo y con mis contradicciones, soy yo y con mis virtudes y soy yo y soy defectuoso. Pero si quiero dejar clara una cosa, ¡es que por encima de todo están los sentimientos!. Eso sí quiero que quede reflejado y que quede reflejado para siempre.
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