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| Otra del espléndido mar de Menorca |
Yo te hablo de mis cosas,
y tú me contestas con las tuyas,
y si partimos de una premisa previa,
esto lógico,
y lo es, porque tú vives en tú mundo,
y yo vivo dentro del mío,
y son dos mundos,
y son dos playas,
y son dos arenas mojadas,
y también son dos mares,
un mar es rebelde y erizado,
y el otro es plácido y tranquilo,
y son dos mares distintos
y son dos formas de ver las cosas,
y eso en sí, no es comparable,
pues nunca hay un mar mejor que otro,
en los dos hay agua
y es agua salada,
y hay olas que juegan con la arena,
y hay algas y hay peces,
y de vez en cuando se ve un Faro,
y cerca de él,
hay una calita llena de rocas,
y quizá, en esa diminuta playa,
algún día podemos reencontrarnos.

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