MANDO Y ORDENO (Poema)








Yo solo me inspiro

y a nadie más necesito,

o eso creo,

yo solo,

 y yo me lo guiso y yo me lo como,

y yo solo me hablo,

y me hablo bien alto,

y me cabreo conmigo mismo,

y me riño y me pego,

y hasta a veces me doy dos besos,

y porque me quiero y porque me odio,

y me quiero tanto y tanto,

 que me retuerzo por dentro

y así me convierto,

en una serpiente que se enrosca en mi cuerpo.

Y me odio,

sí, también me odio,

y me odio cuando estoy solo,

y cuando estando solo también me odio,

y me odio por ir de listo

y por pensar que soy el único,

y el verdadero y el que escupe verdades,

y el que no duda, ni tiembla,

ni siquiera cuando tiembla la tierra,

y tal y como si fuera un ser extraordinario,

y por eso me odio,

por ser tan altivo y tan hombre

y tan poderoso

y quítame ésta paja del ojo,

y haz y pon y dime,

y mando y ordeno,

 y mando más y mucho más,

que el mismo Napoleón Bonaparte.

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JULIO CORTÁZAR