- 612 a. C.: la capital del Imperio asirio, Nínive, cae a manos de los babilonios y los medos.
Quizá deberíamos resetearnos desde los principios de nuestra historia y así empezar de cero y en términos parecidos a la paz absoluta. Y Caín no mató a Abel, ni Eva se comió la puta Manzana prohibida. Ni muertes, ni asesinatos, ni torturas humanas ni animales, ni corridas de toros, ni guerras modernas ni antiguas. Violencia cero y tolerancia cero con la violencia. ¿Tan difícil es de entender esto que digo?. Un mundo sin tortura y guerras...un no sé...un empezar de nuevo desde el punto cero. Tampoco hace falta lo peor y lo más malo, es decir, no hacen faltan paraísos terrenales que además, están llenos de malos bichos y peores serpientes, que entre otras cosas, transmiten y son portadores de la peor maldad inimaginable. Un paraíso terrenal debe ser un paraíso en condiciones y por eso debe ser un territorio libre de violencia y la puta serpiente venenosa debe de estar de adorno y si aún así y todo, te ataca...que te coma a besos con lengua. ¡Que asco!...no puedo ni imaginar que una asquerosa serpiente me coma la boca a besos. Y véis, así empezaron las primeras guerras...a uno le dió asco el beso de la serpiente (a los norteños), al otro le dio por venerar sus putos besos asquerosos (a los sudistas) y así fundó la secta de la serpiente que daba unos besos tan hermosos que te dejaban sin aliento y sin ganas de comer y por el medio surgieron los medos, que preferían las culebras sin veneno. Y ahí se empezó a liar tanto la cosa... y de tal manera...que la guerra y la violencia perduraron hasta nuestros tiempos...
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