Con la felicidad envenenada
que guardo dentro de mis entrañas,
hago esculturas de papel
después,
las quemo sin piedad,
con decisión
y sin pedir perdón,
y para que no quede ningún vestigio de aquél amor.
Me aburro por aquí, me aburro por allá, haciendo esto o lo otro me aburro igualmente. O sea me aburro por los cuatro costados y me siento ...
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