Vamos a ver nenay digo nena... porque tu nombre se lo llevó una ráfaga de vientoque entró por mi ventana.Yo sé que tenías nombre y apellidos,que tenías un precioso nombre,que tus apellidos no eran comunes,que andabas con dos piernas preciosas,que masticabas como si comieras cristalesque mirabas a la nada con infinita ternura,que tus dedos eran largos y finosque tu pelo era de relucientes espigas de oro y trigoque tu cielo era parecido al mío,había la luna, saturno y sus anillos y marte y suspirabas y en silencio me mirabas, yo te respondía pensativo y como si fuera un suspiro...¡así no hay quién viva!mientras tantoyo pensaba en martey las vueltas que tendríamos que darpara emprender juntos el mismo viaje.Al final, nenano llegamos a martey me temoque nunca llegamos a ninguna parte.
Vamos a ver nena
y digo nena...
porque tu nombre se lo llevó una ráfaga de viento
que entró por mi ventana.
Yo sé que tenías nombre y apellidos,
que tenías un precioso nombre,
que tus apellidos no eran comunes,
que andabas con dos piernas preciosas,
que masticabas como si comieras cristales
que mirabas a la nada con infinita ternura,
que tus dedos eran largos y finos
que tu pelo era de relucientes espigas de oro y trigo
que tu cielo era parecido al mío,
había la luna, saturno y sus anillos y marte
y suspirabas y en silencio me mirabas,
yo te respondía pensativo y como si fuera un suspiro...
¡así no hay quién viva!
mientras tanto
yo pensaba en marte
y las vueltas que tendríamos que dar
para emprender juntos el mismo viaje.
Al final, nena
no llegamos a marte
y me temo
que nunca llegamos a ninguna parte.

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