SOMOS LOS REYES DEL MAMBO

  Entrar en los mundos corporativos debe ser la hostia bendita. Yo de alguna forma debía saberlo, soy médico de profesión, que no de condición (aunque a veces pienso, que soy de ambas cosas). Porque yo soy médico mientras trabajo y cuando acabo vuelvo a ser persona humana que hace que entiende muy poco de medicina y hasta hay casos (los menos) en que no entiendo nada de nada (eso depende de los pesado que sea el interlocutor). Por cierto, me llamo Bruno y primero, soy persona y segundo, soy médico y también, soy escritor a ratos (aunque me gustaría serlo a tiempo completo). Yo no creo en lo que vulgarmente se dice " tú eres médico por vocación"....porque no y yo no nací para ser médico y menos para ser médico las 24 horas del día y todos los meses y todos los años de mi puta vida. Yo también necesito un kit kat y un tiempo de descanso. No soy un puto máquina de la medicina, ni soy un puto máquina en nada. Ni escribiendo, ni follando soy un máquina y tampoco me entran ganas de serlo. Soy un tío normal que un día se hizo médico. Por tanto, he puesto a la medicina a mi servicio y le he dado un tiempo determinado en el día a día y punto y pelota. Yo no estoy casado con la medicina, ni le debo fidelidad, ni tampoco le quiero pedir el divorcio con o sin su consentimiento. Vamos, de momento no. 

Ella (la medicina) tiene su tiempo relativo y yo se lo concedo con sumo gusto. Pero hasta ahí es donde llego yo con la medicina y a veces es verdad que pongo un poco más de mi parte y por ser tan amplia y difícil su materia. ¡Joder! para ser médico hay que currárselo, primero hincando los codos y hasta que casi te sangren . Después, la carrera es más larga que un día sin pan. Y tercero, al principio sales a currar como si fueras a salvar vidas y en realidad en tus primeros trabajos, no salvas vidas y ellos solitos son los que se salvan a sí mismos y porque el no tener ni puta idea tiene unas consecuencias que podían ser catastróficas y que gracias a las santas chuletas, no lo son tanto.
Vamos a ver... como explicaros que entre la teoría y la práctica hay un puto abismo que a veces se hace interminable e insondable y cuando acabas medicina eres como un miembro de la secta de confucio. Por tanto, te sientes confundido y perdido entre el mundo de dios y del demonio. Pero coño, delante de tí tienes vidas humanas y eso te hace tener que espabilarte a toda hostia y al final, sintetizas como buenamente puedes, toda la medicina dentro de una puta libreta toda comprimida de datos y excepciones, que ni puedes leer a toda prisa y que además quieres que a la vez, sea el libro gordo de petete o un manual de bolsillo que cabe en cualquier lugar y sitio donde pueda ser disimulado y que lleva apuntadas todas las dosis de fármacos y cuantas veces al día hay que tomarlas. En ese dilema cabe, cada 8 horas o sea tres veces al día y cuando no estabas muy seguro del pastel le decías: esto debe tomárselo dos veces al día o sea cada 12 horas y porque así nunca te ibas a pasar de dosis. Posteriormente, me fuí dando cuenta de que el asunto de las dosis y tomas, no importaba tanto, que hay tanta gente empastillada y a su modo y manera, pero que en cambio sigue toda vivita y coleando, que lo de la tomas cada equis horas es como decirlo, una puta tontería sin importancia (esto es de coña, claro). Y somos drogadictos ¿no que va?. En realidad, ¿que somos?...pues muy fácil... somos los reyes del mambo todos puestos y drogados.


 



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR