Ya me los figuro, la Ángela Merckel y
el Mariano Rajoy haciendo un pequeño trozo del camino de Santiago y
ya veo al Mariano a cuatro patas y a la Ángela tirando del perro,
digo de Mariano. Mariano perro Alsaciano y de pura cepa y que se le
escapó a un guiri despistado y en mi Galicia natal, pues el tío
dice que es galleguiño y para jodernos al resto de gallegos y que
nos de vergüenza ajena. Y no sé si será de raza Alsaciano
lamecoños y por eso a la Ángela le gusta tanto el Mariano, que por
cierto lo de Ángela tiene su aquél, pues si los ángeles se parecen
a ésta señora, es mejor pasarse al bando del Demonio.
6 kilómetros se han recorrido, 6
kilómetros entrañables y metrosexuales y menuda comitiva llevaban
detrás, parece que van a un entierro en grupo, todos trajeados y con
esas caras serias y contenidas. Y van y se paran a saludar a una
paisana que estaba recogiendo patatas y sí, era paisana, pero
paisana pagada y para salir en su película. La escogieron
previamente e hicieron un casting y cuanto más paisano cerrado era,
más posibilidades tenía, porque el mensaje era ese, mira como nos
relacionamos con el pueblo llano y estúpido.
A veces me dan ganas de cambiar de
acera y hacerme maricón perdido y no sé muy bien si es porque
siento la llamada de la selva o porque no puedo más con la
imbecilidad de estos señores. Cada vez estoy más sensible a estos
insultos visuales y ya no digamos cuando estos señores hablan por su
boca, entonces convulsiono y me entran ganas de colgarme de un pino.
Tengo que tranquilizarme un poco y porque si no me va a dar un yuyu.
Y la verdad que ésta año ya está bien de yuyus.
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