NORMALIZARSE

Es verdad eso que dicen, de que no hay como normalizarse. Y lo digo por mi y por volver a coger el viejo orden, un poco o mejor dicho un mucho modificado, pero me resulta placentera esa sensación de estar de nuevo en casa. Lo de la modificación, viene porque ahora tengo otro orden de las cosas y todo por mi Diabetes. Entonces doy prioridad a la dieta, al ejercicio, al control de la glucemia y al chute diario de Insulina y después de esto, hago el resto de las cosas.

Mi vida ha cambiado un huevo y yo lo noto. La glucemia va viento en popa y a toda vela y poco a poco se va normalizando. Mi cuerpo va respondiendo adecuadamente y también se va flexibilizando y fortaleciendo. En fin, que me vuelvo a encontrar como un toro de la estepas andaluzas o sea como el toro de Osborne. Bueno como un torito, que después pago las consecuencias de exagerar demasiado y me pongo a hacer cosas que ya no puedo hacer, la edad también participa en el asunto.


Yo soy partidario de trabajarse el cuerpo y el alma y sin descuidar ninguno de ellos. Cosa que yo no hice y descuidé en demasía al cuerpo, lo dejé triste y abandonado y tal como si siempre tuviera 20 años y con esa idea de que ya lo recuperaré más adelante. Pues no señor, a ésta edad que yo tengo, el cuerpo me pasó la factura y me dijo, ahora te voy a joder pringado. Y la verdad es que en el fondo agradezco mi Diabetes, pues me hizo cambiar la importancia y el orden de las cosas. Ahora vuelvo a estar como cuando empecé mi aventura del escribir, fuerte de cuerpo y espléndido de espíritu.

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JULIO CORTÁZAR