LA BELLEZA

Ahora que estoy cumpliendo a rajatabla la puta dieta, hacía la segunda comida del día, pues ahora como poco pero más veces, en concreto 5 veces. Y cogí un espléndido melocotón y un paraguayo, esa fruta que parece un melocotón chafado y por supuesto que en teoría es menos sabroso que el melocotón, pero en la práctica fue al revés y el paraguayo estaba rico y el melocotón fue un pufo y eso que era lindo y precioso por fuera, pero por dentro era de plástico.

Y me preguntaba si nos pasa lo mismo con las personas, que las vemos por fuera y que nos quedamos con el envase y que no pasa nada por quedarse con el envase y eso es agradable para la vista, pero para el alma y si no hay nada dentro de esa persona, creo que no le estamos dando el gusto que necesita. Tampoco es eso de solo mirar al interior de una persona, porque sí que hay que hacerlo, pero no solo, pues el envase no tiene que ser de belleza extrema y según los cánones preestablecidos, puede ser bello pero para ti y no para los demás.


La belleza está en su conjunto y de esa mezcla sale el que te caiga bien o mal o te atraiga o no una persona. Y claro que son criterios subjetivos y cada uno tiene su fórmula magistral. A éstas alturas de la película yo debía saber la mía, pero no soy capaz de llegar a tanto, pues como ya dije, soy un tío fluctuante como las mareas y un día me quedo con la belleza externa y otro día me quedo prendado de cualquier alma perdida. Ahora la belleza del alma me apasiona y esa es la que me enternece y me ablanda como una pera madura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR