LAS COSAS CLARAS

A veces a alguna gente, me dan ganas de meterle por la boca todo mi brazo y si hace falta mi cuerpo entero, para llegar al fondo de lo que quieren realmente. Pues a veces sobran las palabras, sobran los gestos, sobran la parodia que se montan. No soporto al tío o tía que da vueltas y vueltas como una mariposa y que no va al grano del asunto. Al grano y ya te diré sí o que no o que te vayas a tomar por culo, pero tío dime lo que quieres y claro y contundente.

Ya habrá tiempo después para matizar las cosas, si es que realmente hay que matizarlas, pero no me acaricies primero con tus palabras, para después meterme un palo por el culo. Es como la tía que te va a dejar y porque ya no te quiere y entonces empieza con la descripción de su dolor y de lo mucho que lo siente. Esto suele introducirse previamente con lo importancia que tú has tenido en su vida y lo imprescindible que tú fuiste para ella y el consabido, del yo no quiero hacerte daño.

Bueno, pues todo éste rollo para dejarte en la estacada y como un pringado. Y a veces usan la pena y se ponen a llorar desconsoladas y el que tenía que llorar es el menda lerenda, incluso con esa pena entran sentimientos compasivos y al final, acabas echando el último polvo con ella. Pues nada que aparte de tener que consolarla, te quedas con el mal sabor de boca que te da ese polvo mal echado. Y ya está y como te hizo el favor de echarte un polvo compasivo, pues de inmediato se larga por donde vino. Ahora sí, antes te dijo que nunca se olvidaría de ti y esa cosas que siempre se dicen y que nunca se cumplen

Yo sinceramente prefiero que directamente se me diga, tío se acabó ésta historia y búscate la vida. Porque al fin y al cabo, de una forma o de la otra, es lo que te toca y además que remedio te queda. Y cuanto antes te pongas a la reconstrucción de ti mismo, pues mejor. Por eso yo prefiero las cosas claras.