LOS ALQUILANTES

Y pasa la mañana y yo me pierdo con ella, pues tengo asuntos pendientes, pequeños asuntos ya,
pero que por cojones los tengo que resolver hoy. Ultimo los detalles de mi casa y que ya va a ser alquilada mañana y claro faltan el repaso de los detalles, los pequeños e imprescindibles detalles. Que si una puta cortina, que si la sábana, que si la nevera, que si que te den por el culo. Claro que el que paga quiere que todo esté como tiene que estar, que para eso paga. Y lo peor del asunto, es que no sabéis como me arrepiento en éste momento. Claro que intento compensarme y me digo, tío que después te queda la casa toda arreglada.

Pero ahora no soy capaz de ver tan lejos y sólo veo que yo tengo que estar fuera de mi casa y que sí, que los días pasan y que solo son 10 días de sufrimiento. La verdad es que no sé como compensarme y quizá me tenga que hacer un auto regalo y has sido bueno y por eso mandas a los inquilinos a tomar por culo. Estoy obsesionado con el tema problema. Yo en éste momento pediría un kit kat y pararía al mundo hasta que yo encontrará una solución de verdad o sea hasta que encontrara la fórmula de que no vinieran los alquilantes de mi casa.


Antes se decía, que hasta que llegara un telegrama de última hora y que por circunstancias personales los alquilantes no pueden venir. Hoy en día se resolvería con un correo que pusiera lo mismo. Y yo entonces, encantado de la vida, mi casa arreglada a fondo y yo disfrutando de ella, mi casa sin gusanos desconocidos y mi casa libre de cuerpos extraños y sobre todo libre de almas raras y escalofriantes. Menos mal que mi alma es muy grande y yo no estaré presente pero mi alma sí y será la guardiana de la casa. La verdad es que esta reflexión aún me deja más vacío, pues tengo la sensación de que alquilo mi alma y puede que sea cierto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR