EL ALMA QUE CUELGA. Parte 2ª

 En la variedad se encuentra el verdadero gusto de todo y unos se fijan en los ojos, otros en las tetas y otros nos fijamos en el culo. !Así es la vida!. E insisto que los culos pueden ser de todo tipo, pueden ser grandes y espléndidos y aquí sólo pido una condición, que no sean culos abandonados a su libre albedrío. De esos culos que van creciendo con los años y que de tanto abandono se desparrama su grasa como la cera de una vela. Los culos pueden ser inmensos, el tema para mí, es cuidarlos un poco y para ello hay ejercicios físicos y no hace falta ir todos los días al gimnasio, llega con unos paseos de vez en cuando. Es lo mismo que la persona que está gorda, y sólo se dedica a comer y a vegetar, pues normal que la grasa le cuelgue en colgajos, se puede estar gordo y ser atractivo a la vista, pero para eso hay que saber cuidarse un poco. Si aún encima de llevar las grasas como estalatitas, vas y como pieza de vestir más importante, llevas todo el día un puto chandal, ya me dirás donde se encuentra el encanto. Pues por desgracia, suelen coincidir ambas cosas, el estar gordo o gorda abandonado y lucir el tipo con un chandal o una bata de casa o un faldón tipo mesa camilla. 


Por eso, esas personas que llevan éste tipo de look, lo saben y así lo entienden y por eso su objetivo es ocultar su culo descuidado. Joder si no hay culos grandes y espléndidos que son la hostia de atractivos y que por supuesto llevan dentro un arsenal de pensamientos. Sí, porque el culo tiene una relación directa con nuestro cerebro, es por decirlo así, el disco duro externo. Cuando el cerebro se ve sobrepasado de almacenar tanta información a lo largo de los años, se la va mandando a su disco duro externo y ese disco duro, es el culo. Por eso a mí, me dice tantas cosas el culo, por eso sé si esa persona tiene cerebro o tiene cerebro de un mosquito, o si es una persona descerebrada y todo esto me lo dice su culo y no necesito otros parámetros, a mi llega con verle o intuir su culo.

Pocas veces me he equivado con mi vara de medir, las pocas en que lo he hecho, me ha autoafirmado, pues la excepción confirma la regla, ¿acaso, no es así?. Todos tenemos una varita mágica para medir las cosas, una varita que a simple vista no se ve, pero que está ahi, y si nos fijamos cuando valoramos a una persona si merece la pena o no la merece, siempre nos sale esa varita de medir, pues es instintiva y por ello, nos sorprendemos cuando decimos que esa persona no me gusta por sus manos o por sus dedos largos o cortos, o por su nariz aguileña o chata, o por sus cejas muy pobladas, o por su exceso de gestos, o por su risa histriónica, o por la poca expresividad de su cara dura, o por su mirada de hiena o por sus ojos claros u oscuros. Todo esto lo llevamos dentro y es pura antropología genética, pues lo llevamos marcado en los genes y es una herencia que nos dejaron nuestros ancestros. A mi me dejaron la herencia de valorar los culos y con el tiempo ya véis que lo he aceptado y asumido.

     A veces cuando te presentan a una persona y escuchas la valoración de alguien que te es próximo, por ejemplo, un amigo o amiga, diciéndote que bien habla esa persona, que como se expresa, que simpático es, etc. o al revés, que triste es, que melancólico, etc. y tú te pones a valorar para tus adentros y sin aún abrir la boca: que sí, que es muy locuaz y muy simpático, pero tiene una mirada que a mí no me gusta, o los gestos no acompañan a sus palabras, o sus ojos son demasiado claros, o su sonrisa me resulta ficticia e hipócrita, o en mi caso, puede ser muy interesante su conversación, pero si no tiene culo, ya se sabe... Muchas veces éstas valoraciones tan subjetivas y tan personales, no las manifestamos pues se basan en apreciaciones meramente subjetivas y uno tiene la sensación de hacer el ridículo cuando dice que a mi ésta persona no me gusta por su mirada huidiza o por sus manos o por no tener culo, así que nos guardamos ésta valoración en el disco duro del culo (en el externo, pues en el interno ocupará su espacio. Y de espacio cerebral no andamos sobrados). 

Pero que satisfacción cuando más adelante, tu amigo o persona próxima va y te dice, que esa persona que él tanto valoraba, ya no es tan a tope, pues ya se le ha visto esto y esto o sea, se le ha visto el plumero. Y tú por dentro te quedas loco de contento, pues de nuevo tu instinto primitivo te ha dado la clave. Además hay personas que se niegan en redondo a aceptar que las valoraciones de las personas son subjetivas y que son guiadas por el instinto y por eso, además,  menos les puedes contar tus conjeturas. Si se te ocurre decirlas, te dirá que estás loco y que no puedes basarte en esas pamplinas y menos para una cosa tan seria como es, definir a una persona. Por eso cuando te confirman que de nuevo has acertado, te matas a darte besos por dentro. !que orgasmo!.

   Hay gente que sólo valora su culo como fuente de cagar mierda y así les va por la vida, no se enteran que su culo y los de los demás, es una fuente de sabiduría, una fuente de inspiración, un disco duro externo, un tratado de la memoria antigua y moderna. Señores, cuiden su culo y cuidénlo para cagar mejor, por supuesto, pero cuidénlo sobre todo, pues es un tesoro escondido, es un tesoro con una riqueza espiritual inusual, es donde está guardado el compendio de nuestra existencia.

Pues finalmente concluyo: " A mi la única gente que me interesa, es la gente que tiene culo, que sea grande o pequeño, me da igual, pero eso sí que sea un culo cuidado con mimo, un culo cuidado con cariño y esmero y eso realmente, es lo único que me importa de las personas, pues su culo es lo que me indica el estado de su alma".
  A que es muy poética ésta reflexión Aristotélica, !a que sí!. A mi me encanta.


 

  

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JULIO CORTÁZAR