APATÍA Y DESIDIA

Ésta máquina casi perfecta que nos dejó Dios como herencia, es una mierda de máquina. Se avería cada dos por tres y ya no hay piezas de recambio y tampoco hay muchas ganas de repararla, hay demasiada apatía por la vida. Hay desdén, hay desidia, hay mucho pasar de las cosas y eso nos hace cada vez más responsables de su mal funcionamiento. Claro que yo no voy a cargar con el pasotismo de otros, ya tengo bastante con mi mochila.

Las cosas que pasan a nuestro alrededor serían motivo suficiente para quemar el mundo y así erradicar la maldad y la apatía. La apatía es un botón de muestra y porque debajo de la apatía, está la mentira. Preferimos creernos cosas que suenan a bola o a mentira cochina y todo por no enfrentarse a la verdad al desnudo. La dura y cruel verdad, esa misma que tiene la piel como una lija y por eso duele y rasca. Y preferimos la suave piel de la mentira, suave por fuera y que por dentro, es puro veneno.

Pero ya somos mayorcitos para saber lo que tenemos que hacer y yo no estoy aquí para echar broncas ajenas, pero si pero para dar un toque de atención. Mucha era del internet y de las redes sociales y en cambio estamos en pañales sobre la realidad de nuestra existencia. Y ya sabemos de la complejidad  del mundo en su funcionamiento, pero como lo sabemos, con más razón debíamos actuar y ¡ya!.

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JULIO CORTÁZAR