Creo que estoy batiendo récords estelares y en un sólo día nunca escribí tanto y éste pequeño ordenador, que yo tengo en mis manos, empieza a echar humo negro. Me está avisando y tal como hacían los indios para comunicarse y así también para atacar todos juntos a los soldados. Después y como los indios eran muy malos por naturaleza, le cortaban las melenas a los soldados. En cambio los soldados sólo disparaban si se veían amenazados. ¡Qué bonitas y didácticas historias nos contaban!.
Después no es de extrañar que nadie quisiera ser el indio cuando jugábamos de chicos a los indios y vaqueros. Aparte que llevar flechas era un engorro, había que hacer el arco, había que hacer las flechas y aún encima no se podían disparar, porque sino atravesabas al enemigo y en cambio el vaquero con una pipa era el puto amo de la película, disparaba y te mataba aunque ni siquiera te apuntara. Era la ventaja de ser el bueno y de portar armas más eficaces. Faltaba el wiski y los chupitos en la barra de los bares y las peleas y la tía toda descocada bailando cerca del piano.
Pero bueno, el indio también tenía sus cosas, montaba a pelo los caballos, quemaba a sus muertos en piras funerarias, hablaba con los espíritus y con la naturaleza, cazaba con sus manos, se pintaba a rayas de colores, comía con las manos, hacía señales de humo, en fin, había una serie de alicientes para ser el indio. Otra cosa es que tú de pequeño valoraras tanta historia filosófica y espiritual, por lo menos yo de pequeño sólo valoraba a quién mataba antes y para eso lo importante era la eficacia de la pistola o pipa (pipa, para los payos).
Después no es de extrañar que nadie quisiera ser el indio cuando jugábamos de chicos a los indios y vaqueros. Aparte que llevar flechas era un engorro, había que hacer el arco, había que hacer las flechas y aún encima no se podían disparar, porque sino atravesabas al enemigo y en cambio el vaquero con una pipa era el puto amo de la película, disparaba y te mataba aunque ni siquiera te apuntara. Era la ventaja de ser el bueno y de portar armas más eficaces. Faltaba el wiski y los chupitos en la barra de los bares y las peleas y la tía toda descocada bailando cerca del piano.Pero bueno, el indio también tenía sus cosas, montaba a pelo los caballos, quemaba a sus muertos en piras funerarias, hablaba con los espíritus y con la naturaleza, cazaba con sus manos, se pintaba a rayas de colores, comía con las manos, hacía señales de humo, en fin, había una serie de alicientes para ser el indio. Otra cosa es que tú de pequeño valoraras tanta historia filosófica y espiritual, por lo menos yo de pequeño sólo valoraba a quién mataba antes y para eso lo importante era la eficacia de la pistola o pipa (pipa, para los payos).
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