Y yo que espero de la vida, que me regalen ramos de sentimientos o que me pongan una alfombra roja para evitaqr el roce de mis pies delicados y si yo espero eso, es que estoy alucinado. Ya pasaron los tiempos de los canutos compartidos y que con ese colocón siempre surgía algo, aunque a veces, no comprendías muy bien como surgían, pero allí estaban los hechos. También pasaron los tiempos de las borracheras pasadas y de acostarte con la primera que pillabas y menos mal, porque a veces te daban ganas de suicidarte.
Ahora voy más precavido y sobre todo voy a la luz del día y además no me apoyo en ningún tipo de drogas, a no ser que la calidez del sol sea una droga. Ahora ya no veo el rayo verde de cuando el sol se pone, bueno no lo he visto nunca, pero siempre se decía que se veía. Tampoco practico el nudismo, que con tanta fe practiqué en mis tiempos jóvenes, ahora voy vestido y sólo me pongo en pelotas en mi casa. O sea que voy de uno más de la manada, pero uno más de la manada que a veces se pone el traje de lobo.
Pero para ser un lobo de película, no hace falta colocarse, ni hace falta encegarse, llega con dejar que tus sentimientos broten y llega, con decirlos y manifestarlos, pero no en manifestación tipo procesión y murmurando y tal y como si fuera un salmo, sino en manifestación para que los demás escuchen los gritos desgarradores que emite tu alma. Pues nada, que yo quiero que los demás sepan, que yo estoy aquí y que tal como escribo, yo sigo siendo el mismo, el mismo que un día nació en Vigo, el mismo que estudió en Santiago de Compostela, el mismo que anduvo por los cuatro puntos cardinales y eso soy yo y soy yo con mis virtudes y también con mis defectos. Todo va dentro de mi kit.
Pero para ser un lobo de película, no hace falta colocarse, ni hace falta encegarse, llega con dejar que tus sentimientos broten y llega, con decirlos y manifestarlos, pero no en manifestación tipo procesión y murmurando y tal y como si fuera un salmo, sino en manifestación para que los demás escuchen los gritos desgarradores que emite tu alma. Pues nada, que yo quiero que los demás sepan, que yo estoy aquí y que tal como escribo, yo sigo siendo el mismo, el mismo que un día nació en Vigo, el mismo que estudió en Santiago de Compostela, el mismo que anduvo por los cuatro puntos cardinales y eso soy yo y soy yo con mis virtudes y también con mis defectos. Todo va dentro de mi kit.
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