LA MEDITACIÓN

Aparte del cambio climático, en la vida hay otros cambios. Hay los cambios horarios y creo que sólo los hacen para jodernos, pues por ahorro energético sí que no es. En definitiva es para quitarnos una hora de luz y así poder deprimirnos más en las profundidades de la noche. Que con la noche tampoco pasa nada, no pasa nada si tiene que durar lo que tiene que durar, pero así por la cara sí que duele y ese trozo de alma que se llevan con esa hora es difícil de recuperar
. Porque no hay compensación posible y por mucho que uno encienda su estufa de leña, esa luz de estufa no deja de ser artificial.

Hay también cambios de personalidad y aprovechando que es Otoño proliferan esos cambios. No sé, pero dicen las estadísticas que en Primavera y en Otoño es cuando hay más depresiones. Y en Otoño tiene un pase esto, pero en Primavera, que dicen que se altera hasta la sangre y que hay una explosión de vida a tu alrededor, resulta más difícil de creerse estos datos, a no ser que la depresión se arrastre durante todo el puto invierno y al llegar esa explosión de vida a ti te haga retroceder.

Hay cambios de costumbres y de hábitos. Después de que en Verano hayas vivido hacia afuera, ahora con el Otoño toca vivir más hacia dentro y por tanto, llega una época de reclusión y de meditación. Y lo de meditar está muy bien si tienes algo que meditar y lo de recluirte también está bien, siempre que sea voluntario y porque sino esa reclusión se convierte en una cárcel. Pero bueno, hay que poner los muebles y complementos para vivir más hacia dentro. Aquí en ésta Isla, el otoño invierno, es lo ideal para un asceta y si tienes algo dentro de tu cabeza, es mejor para entretenerte y así darle vueltas o sino es mejor que empieces a tomar los antidepresivos y ya y sin esperar más.

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JULIO CORTÁZAR