A ver que nadie se confunda y que piense que yo soy un tío totalmente legal, lo soy pero no debía decirlo yo y porque suena fatal. Yo la verdad es que no tengo necesidad de echarme flores a mi mismo y de mostrarme como un patrón a seguir, que cada uno siga el suyo y ya está. Pero si en mi camino me encuentro cosas incompatibles con lo que pienso yo, lo diré sin más. Ahora no soy capaz de callar y de hacerme el ovni ante la evidencia y más si esa evidencia va contra mis principios, que otra cosa en la vida no tendré tan clarita como mis principios, pues son traslúcidos y transparentes.
Y al pan, pan y al vino, vino y al que no le guste la claridad, pues que no me busque y que se meta en su cueva de nuevo. Pero que aún encima me ataquen con dardos envenenados y poniendo en duda mi objetividad, pues que se atenga a las consecuencias de haber despertado a la fiera que llevo dentro. Yo a veces puedo hacerme algo el tonto y todo por no estar todo el día a base de hostias dialécticas, pero si aún encima de que me lo hago, intentan pisarme la cabeza y así hacerme más tonto de lo que soy, pues nada que no respondo de mis actos y ya está.
Por exceso, por exceso de querer ser más y de querer estar por encima de los demás. Por ahí si que no paso y quién ose pisar mi territorio seguro que se arrepentirá. Y no es una bravatada dicha sin más, es sólo una advertencia de peligro, tal y como esa calavera cruzada por dos fémur que se pone en los postes de electricidad. ¡Cuidado que te dejo tieso!, cuidado conmigo que te dejo en el chasis, cuidado conmigo que yo te dejo hasta sin calavera y los dos fémur, o sea que te dejo sin ná.
Y al pan, pan y al vino, vino y al que no le guste la claridad, pues que no me busque y que se meta en su cueva de nuevo. Pero que aún encima me ataquen con dardos envenenados y poniendo en duda mi objetividad, pues que se atenga a las consecuencias de haber despertado a la fiera que llevo dentro. Yo a veces puedo hacerme algo el tonto y todo por no estar todo el día a base de hostias dialécticas, pero si aún encima de que me lo hago, intentan pisarme la cabeza y así hacerme más tonto de lo que soy, pues nada que no respondo de mis actos y ya está.Por exceso, por exceso de querer ser más y de querer estar por encima de los demás. Por ahí si que no paso y quién ose pisar mi territorio seguro que se arrepentirá. Y no es una bravatada dicha sin más, es sólo una advertencia de peligro, tal y como esa calavera cruzada por dos fémur que se pone en los postes de electricidad. ¡Cuidado que te dejo tieso!, cuidado conmigo que te dejo en el chasis, cuidado conmigo que yo te dejo hasta sin calavera y los dos fémur, o sea que te dejo sin ná.
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