No todos somos estrellas fugaces,
algunos simplemente seguimos rastros
de aquella hoguera mal apagada,
y a pesar de que la lluvia y el viento
se empeñaran en borrar esa evidencia,
nosotros persistimos y persistiremos,
pues nos falta fugacidad
pero nos sobra tenacidad.
No nos importa
que nos llamen
perdedores y fracasados,
porque nacimos entre rescoldos olvidados
y además sabemos
que antes de ser cenizas
hemos sido, fuego.
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