Es verdad que hay cosas que te tocan porque simplemente te las ha ganado a pulso y entonces, te lo mereces y eso es verdad en parte, pero por otro lado, hay otra parte de las cosas que te tocaron por sorteo o porque dios lo quiso así y en este caso, a mi me ha tocado éste premio en la lotería de la vida, el tener dos hermanos como podía tener dos floreros o dos macetas y menos mal que crecen por sí solas y no den mucho por el culo. Bueno no sé que me extraña, si yo nunca tuve familia por ese lado.
Y dolió y dolió mucho, pero ahora ya no duele, sólo de vez en cuando produce picor y eso se arregla fácilmente, te rascas un poco y ¡al carajo!. Ésta es mi conclusión, mi dura conclusión sobre mi familia de procedencia. Mi padre murió hace ya mucho tiempo y mi madre hace unos años y mientras vivió mi madre aún hubo un pequeño punto en común, que era ficticio pero lo había. Pero mi madre tenía sus límites y en estas lides, no era una máquina de amor familiar y nunca supo ser un hilo conductor de la familia. Así que cuando ese hilo murió, se jodió la fiesta y cada uno se quedó en su santa casa y sin saber más el uno del otro.
Y punto y ahí se acabó y se acabó esta bonita historia que os estoy contando y ahora lo único que nos une es que tenemos algo de herencia en común y de ahí viene sólo hablar del dinero, del dinero para pagar impuestos, claro. Bueno hay que verlo por el lado positivo, y entonces te ahorras bodas de sobrinos y regalos de cumpleaños y primeras comuniones de sobrinos nietos y no lo digo por las pelas, sino porque yo no soporto este tipo de eventos y menos si en cierta o en gran medida, tienes que asistir forzado. Siempre se puede ver la botella medio llena, aunque la botella esté seca del todo.

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