¡ME HA COGIDO DE SORPRESA!

Si y ya sé que todo suena a como muy pasado y que YO estoy diciendo muchas tonterías y que desbarro y me voy por las aristas. Pero que le voy hacer, me encantan las aristas y me encantan los descampados que culminan en profundos y oscuros precipicios y además me entusiasma el tomar decisiones al borde del abismo y me quedo vivo o muerto o salto o no salto. A mi  no me gusta descender o ascender poco a poco por los precipicios, o me tiro o no me tiro o no voy hasta el precipicio, que es otra forma de tomar decisiones. ¡No voy y que les den por el culo!.

¡Que hostia!, que no todo son grandes decisiones  y además que no todas son vitales de necesidad, las hay pequeñas y que además y curiosamente son las más numerosas. Como decía el otro, en el día a día es donde te mojas y donde poco a poco te decides. Porque el mundo no está labrado a base de grandes decisiones, aunque a veces lo parezca. Para mí, los pequeños detalles y los que en apariencia son detalles sin importancia, son los que determinan tus grandes y trascendentes decisiones. Y ésta es nuestra gran equivocación humana, que pensamos que todo circula por grandes momentos.

Y no señor, cuando tu decides una cosa siempre hay una previa meditación, una meditación y no se el porqué, pero que intentamos borrar de nuestra memoria. Las cosas se huelen previamente, se huelen, se tocan, se palpan, se intuyen, sólo pasa que no quieres verlas y más cuando es una mala noticia. En cierta forma te agarras al salvavidas, que no es otro que decir que te ha cogido en pelotas esa mala noticia y ay!! señores, ¡me ha cogido de sorpresa!
, pero esto no es verdad porque tu ya lo sabías previamente.

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JULIO CORTÁZAR