UNA CASA

Hoy he madrugado y he cumplido con mis deberes cotidianos y extraordinarios. Bueno es un poco exagerado lo de los deberes extraordinarios, porque ¿que tiene de extraordinario ir a comprar unos sacos de arena y uno de cemento y ver de nuevo el planing de la colocación de los aires acondicionados y del suelo?. Pues pienso que nada, pero bueno, yo también necesito adornarme un poquito y lo que es una pequeña cosa lo transformo en un gran acontecimiento.

No me gusta exagerar las cosas, no confundamos el tema, me gusta adornarlas y dotarlas de un halo de belleza y porque todo ese cemento y arena tiene un fin en si mismo, que es poner mi casa como toca, cálida y humana y por supuesto acogedora. Mi casa está por encima de muchas cosas en mi escala de valores y está entre las primeras de mi lista, está por encima del coche, está por encima de mis viajes, está por encima de algunas personas, que no de todas.

Claro que para mi la calidez de un hogar no es igual que para otros, para otros con una cama donde sobar como cerdos y con una cocina pringosa y guarra, están la mar de contentos. Mi casa es mi casa, en un apéndice más en mi existencia y si no estoy cómodo en mi casa, más vale cambiar de casa. Y me adapto, me adapto a lo que hay y no soy un tío de grandes palacios, sólo quiero una casa cómoda y que emane humanidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR