Es bueno esto de currar sin medios,
porque te acostumbras a trabajar en la pobreza. Es como un celibato o
como una semana santa en Sevilla, te hace recogerte espiritualmente y
te adaptas a no tener internet, te adaptas a trabajar sin medios. Ero
eso mismo, te hace poner la imaginación a tu sevicio y coño te
dices: si ésta mierda de ordenador tiene que tener un programa de
esos en que puedas escribir lo que te salga de los cojones y que
posteriormente lo pases al blog.
Pues claro que lo había y pensaréis
menudo as de tío, que lumbrera, que crebro más prodigioso. Si
vosotros supiérais que yo lo del internet lo que tengo casi en
exclusiva para mi blog y bueno, para mi correo y punto y pelota. Del
resto de usos y desusos, soy un verdadero patoso. Y por eso hoy estoy
tan contento, tengo un nuevo servicio que puedo usar con éste
aparato. Además que a mi encanta irme lejos del mundo y tan lejos,
que estoy seguro que en esos sitios no hay internet, y lo que me
alivia es que podré seguir escribiendo y aunque esté allí, en el
culo del mundo.
De hecho, hoy estoy muy cerca del culo
del mundo. Porque en ésta casa todo es silencio, salvo algún
ladrido de perro medio muerto y alguna paloma torcaz que hace alarde
de su sonido gutural, lo demás es silencio de crepúsculo. Bueno,
hay las voces de mis fantasmas y se oyen a lo lejos, como se van
acercando mis pensamientos y recuerdos, cabalgan con sigilo, pero
cabalgan hacia mi, seguro.
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