No sé el porqué se me va tanto la
olla. Fácilmente me desvío hacia temas sexuales y como todo tiene
relación en éste mundo, pues toque lo que toque, todo acaba en
temas sexuales y yo, claro, como protagonista de la película. Soy un
desviado sexual y ahora me doy cuenta. Bueno dicen que hay terapias
para todo y en lo sexual tiene que haber y mientras no sea a base de
pastillas que te van dejando la líbido a la altura del suelo,
aceptaré consejos terapeúticos.
Claro que todo tiene su mordiente y su
doble hoja. Hoy mientras desayunaba escuchaba a una tipa que decía:
hoy hablaremos de la salud del hombre y de la mujer y haremos
diferencias y va la tía y se pone a mencionarlas. De las tías
hablaremos de los miomas, de los cánceres cervicales, de las
metrorragias y del cáncer de mama. Y de los tíos, hablaremos de ese
problema tan frecuente, que es la impotencia y la dificultad de
erección.
Y ¡coño!, menos mal que soy tío,
porque si el único problema que tenemos los hombres es éste, pues
yo prefiero seguir siendo un tío que no se le levanta, pero que por
lo menos, no padezca de cáncer. En cambio a las tías les tocó el
premio gordo, cáncer en útero y cérvix y de postre, el cáncer de
mama. Gracias a la tía de la tele y por una vez en mi vida, me sentí
feliz de ser un hombre.
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