NADA ES IMPOSIBLE, ¡NADA!

Claro que me estoy vaciando, que tengo por delante unos días navideños y debido a ello, no podré escribir casi nada. Por eso ahora sufro la fiebre del oro y busco las vetas debajo de la tierra y hasta en el infinito y en el más allá. Tengo necesidad de vaciarme antes y de hablar de todo lo que tenga vida. Quiero hacer cánticos a la vida y que la vida se estremezca conmigo, que tiemble como yo tiemblo a veces, que ría con mis carcajadas, que sude, que curre, que se joda como cuando yo estoy jodido. En fin quiero que la vida muestre su lado más humano.

Y esa es mi misión, darle a la vida unas cuantas pinceladas y unos cuantos retoques, para hacerla más humana. Que no se largue faroles, que cuando hable de felicidad que sea alcanzable, que no nos hable de cielos tenebrosos y de ángeles celestiales. Vamos lo que yo intento es que la vida se baje de su pedestal y ponga un pie en nuestras vidas, en el día a día, en la mañana que llueve, en la comida que hay que hacer todos los días, en las noches de largos insomnios y en las madrugadas que se cubren de escarcha.

Difícil misión la mía, pero ya sabéis que para mi, nada es imposible, ¡nada!. Por tanto aquí, está un luchador nato, un hombre obcecado y terco, un hombre sencillo pero muy rico de pensamientos, en fin, aquí tenéis a un hombre que se dejará hasta el alma, si hace falta, para conseguir que lo imposible se haga realidad.

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JULIO CORTÁZAR