"LA PEPA"

Como huelen los pinos cuando el sol los calienta, como emiten ese olor ácido resinoso. Estoy viendo las altas coas de los pinos mediterráneos y me estoy acordando de los piñeros. Si de ese gremio que en la época que toca, se dedican a coger piñones. Y claro ya hace muchos años y cuando yo era un puto novato en éstas lides, van unos tíos y te preguntan si pueden subirse a los grandes y espléndidos pinos. Y yo como les iba a decir que no, que cogieran las piñas que quisieran si eso les iba a dar unas perrillas.

Se pusieron a la faena y yo empecé a sudar como un cerdo, pues subían hasta la misma copa, que son unos cuantos metros de altura, a pelo y sin nada que les asegurara al árbol. Lo pasé tan mal, que aquél momento me juré a mi mismo que nunca más permitiría que entrara un piñero en mi casa. Yo que sé, en parte me sentía responsable y por la sencilla razón que estaban cogiendo piñas en la parcela de mi casa. Ahora que ya no estoy aquí, sé que entran y no me importa, pues yo no lo veo y por tanto, no lo padezco.

Por eso esto es un pinar, un precioso pinar, El Pinar de los Franceses, le llaman y porque se supone o se ha comprobado, que los Franceses acamparon aquí cuando asediaban Cádiz, allá en esa épocas en que se redactó la “Pepa”, la constitución española made in Cádiz y olé.

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JULIO CORTÁZAR