DOCTOR Y APELLIDO

Son las 4 y media de la tarde del día 30 Septiembre. La mañana se fue al carajo y por mis diversas ocupaciones y tal como se dice cuando te consideras un tío importante: es que soy un hombre ocupado y no tengo tiempo para escribiros unas simples líneas. La verdad es que de tiempo ando bastante escaso y lo que pasaba hasta ahora, es que lo arañaba de las horas y también del sueño. Bueno, entre otras cosas se nota que estoy currando más y como ejemplo tangible, ésta noche vuelvo a tener faena.

Y parece mentira, pero la faena de ésta noche ya me marca el día y haga lo que haga estoy pensando en que ésta noche tengo que currar, además de tener que dormir fuera de casa. Y aunque parezca que no, yo soy muy hogareño y me encanta mi casa y todo lo que hago en ella y entre otras cosas me gusta sobar en mi casa. Y sabéis, tu cama, tu almohada, tu colchón flex, tu muñeca hinchable y todo el resto de complementos que te hacen más agradable la vida.


Pero pasa una cosa, que de noche estoy más a mi aire y no tengo que aguantar las tonterías que se dan tan frecuentemente en las Clínicas Privadas. No veo al jefe, no veo al resto de los doctorsitos que pululan como hormiguitas laboriosas por el día, ya sabéis, los que dicen que son cirujanos o traumatólogos y que no tienen el título. El otro día conocí a otro de ese gremio, y yo me presenté diciéndole me llamo Bruno o Javier, no sé cual usé y el tío va y me dice, pues yo soy el Doctor Tal y mencionándome su apellido. Hasta entre compañeros se tienen que manifestar con esa distancia sideral que da el ponerse el titulito de Doctor y nada de tuteos y para que quede más que claro, se identifican por el apellido.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

JULIO CORTÁZAR