HOSTIA TERAPÉUTICA

Las 5 y media de la tarde y voy a toda hostia y a velocidad de crucero. Escribo como una puta máquina asesina, me duelen los dedos de aporrear el teclado, me duele la mente de extraer los pensamientos, me duele el alma de tanto excavar en ella, me duele el culo de estar tanto tiempo sentado, me duelen los ojos y por dormir tampoco, en fin me duele todo y soy un saco de carne y hueso dolorido.

Dolor, y ¿qué es el dolor?, pues es muy fácil hablar de dolor y de que te duele todo, pero realmente ¿te duele?. Hombre mi culo sí que me duele y mis ojos y mis dedos, lo demás es pura poesía y me duele porque simplemente suena muy bien y complementa muy bien a mi verdadero dolor, que es el físico. Dolor del alma y ¿como se come eso?, bueno más o menos es equivalente a la angustia o a un estado angustioso y por tanto, e entra un sudor frío, te cuesta respirar y porque no coordinas tus respiraciones, te cuesta tragar y más por lo mismo, hay personas que además le sudan las manos.


Hay quién media se desmaya y monta el numerito y cuando se desmaya es mejor dejarlo caer al suelo y como un saco roto, porque sino se agarra a ti como una ladilla y te obliga a escuchar su tragedia. Es mejor que se caiga al suelo y se de una buena hostia, pues con esa hostia hay mucha gente que reacciona y de repente se les va la tontería. Bueno hay algunos que les dan una bofetada y tienen los santos cojones de llamarle una hostia terapéutica. Si fuera así, yo sería el primero en montar un chiringuito para dar hostias terapéuticas, la hostia a 50 euros y fueras, que hay cola de espera.

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JULIO CORTÁZAR