ALCALDE PEPERO

Hoy vi pasar por la calle al Alcalde de éste Pueblo y claro el tío no me saluda, ni yo a él, claro. Es un Bombero metido a Pepero y reparte equitativamente el curre de Bombero con el de Alcalde y no sé si por deformación profesional que está acostumbrado a achicar agua. Y así le va por la vida, tapando fisuras que se abren por todos los lados. Como ahora dicen algunos de aquí, los cotillas del pueblo, que al tío le dejó su mujer por otro y ya está, ya tienen un motivo que explica su comportamiento.

Como si eso explicara algo. Bueno, para las mentes que viven del cotilleo ajeno, creo que les sirve de algo, pues la envidia es así  de dura y uno se conforma con la desgracia ajena. Y es que además tampoco sabemos si eso es una desgracia y en realidad es una bendición de los dioses y el tío  está mejor que nunca al poder librarse de la parienta. ¿Quién sabe?. Qué tú seas un gilipollas insaciable y que ejerzas de político pijo y pepero, eso es un don natural  y que el tío tiene de por sí y da igual que tenga cuernos, que sea bombero o que sea un aprendiz de brujo.

Uno ya nace gilipollas y la vida sólo te da las herramientas necesarias para desarrollar esa cualidad. Su vida le ha enseñado a vivir por encima de los demás, a creerse alguien importante, a sentirse un iluminado clasista, a pensar que los demás somos gusanos de seda y que por tanto antes fuimos capullos y larvas, pero todo eso ya lo sabía previamente él, pues estos bichos son como los endemoniados, ya tienen su marca de nacimiento en la frente y que precisamente pone, PP.

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JULIO CORTÁZAR