MÁQUINAS

No sé de que documento me hablas y si tengo que guardar algo o no y deja de preguntarme maldita puta máquina, que me estás volviendo loco del coco. Es como lo del Facebook, que te pregunta un ordenador, ¿en que estás pensando?. Si ya me cuesta contárselo a una persona, pues a una máquina, ya no os lo cuento. O como las máquinas de cobrar en los supermercados, que te dan los buenos días, tardes o noches y claro, a veces y sin darte cuenta, le estás dando los buenos días a la puta máquina registradora.

Y cuando es por teléfono y te pregunta una máquina que está al otro lado lado, el como te llamas y con nombre y apellidos y deme su DNI y ésta conversación, por motivos de seguridad, va a ser grabado. ¿Seguridad para quién?, será para ellos, a mi que me graben no me da más seguridad. Porque una vez probé a hacer lo contrario y cuando le dije a la tía inhumana que estaba al otro lado, que le estaba grabando, se puso de los nervios y empezó con una retahíla de amenazas. Que la compañía me iba a demandar y que tenían mis datos y demás sandeces.

O sea que todo depende de quién grabe, si lo hacen ellos, está bien hecho y además lo hacen para qué tú te sientas seguro. Si señor, si yo pongo a una máquina que conteste en mi móvil, me dicen que eso no vale y que la gestión la tengo que realizar yo mismo y si es al revés y lo hacen las grandes compañías de lo que sea, pues resulta que está bien hecho. ¡Hay que joderse con la vida!. Esto no es vida, esto es injusticia.

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JULIO CORTÁZAR