Ya casi es la hora de irme al tajo
casero y son las 5 y media de la tarde y si por mi fuera, que ya
dieran las 12 de la noche y así el día 24 de Septiembre pasaría
página. Pasar página, que bien suena y en cambio y en realidad, que
difícil es pasar página. Porque siempre queda un resquicio o una
pequeña fisura sin resolver, siempre queda algo y ese algo sumado a
otros algo, dan para escribir libro de muchos capítulos. Pasar
página puede resultar hasta fácil, pero pasar un capítulo de tú
vida, resulta más dificultoso.
Y por lo dicho antes, en un capítulo
se suman mogollón de detalles pendientes. Yo llevo dos años y
medio indagando en mi pasado y aún así no tengo la clave de todos
los casos. Tengo la de algunos y ahora empiezo a sentir que en un
estado muy avanzado, pero aseguro que no los tengo todos y que alguno
siempre falta. De todas maneras no hay que hacerme mucho caso, porque
realmente yo soy demasiado pejiguera en éste asunto.
Y por eso a veces tengo la sensación
de que por ser tan pejiguera complico demasiado las cosas. Yo quiero
dejar mi pasado como una patena de limpio y que no quede ningún
fleco suelto. Y sé que para conseguir ese objetivo tendré que
sufrir algunos disgustos y desplantes por parte de la gente que
estuvo involucrada en mi pasado. Pero también habrá cosas muy
buenas y recuperaciones de almas perdidas y además el que pierda
esas antiguas amistades y de forma definitiva, entra dentro de mi
concepto de los efectos colaterales. Lo principal y mi meta, es dejar
claro mi pasado y si por eso tengo que llevarme a alguien por
delante, pues no seré yo el que deje de hacerlo. ¡Así es y así
tiene que ser!.
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