¡TIEMPO!

Ya debo llevar 9 o 10 escritos que están pendientes de pasar al blog y al final, no me voy a acordar de sus títulos y me voy a montar un guirigay. “Guirigay”, no sé de donde viene esa palabra, supongo que de Sudamérica. En mi tierra gallega se diría, montar una “desfeita” y en castellano más diplomático, montar un “desaguisado”. Da igual como se diga, el caso es que ya me pasó una vez cuando estuve de vacaciones éste Verano, que escribí en el ordenador y cuando quise pasarlo al Blog casi me vuelvo loco.

Menorca
Y algunos escritos se han quedado olvidados en mi ordenador y sé que están escritos, pero siempre me digo lo mismo, cuando tenga tiempo los revisaré. Y la pregunta del millón, ¿cuando voy a tener tiempo?, yo creo que nunca. Tiempo es una palabra prohibida, pedir tiempo es como mentar a una maldición. Jamás de los jamases tendré tiempo y más ahora, que ya me voy volviendo viejo y por tanto, el tiempo es un bien bastante escaso y está achicado. Un año es como un mes y un mes es como un día.

Si señor cuanto menos tiempo nos queda, más queremos tener tiempo y es que de alguna forma queremos prolongar nuestra vida. Claro que no todo el mundo diría esto, hay gente vieja que sólo está vegetando y que vive bajo los tentáculos de la depresión. Socialmente y bajo las reglas existentes, es lo que se quiere que hagan los viejos, que no molesten, que se callen y que les cambien los pañales a los nietos. Pero no saben que está germinando la revolución de los viejos rebeldes y que saldremos a la calle y haremos hasta barricadas incendiarias.

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JULIO CORTÁZAR