Problemas tiene la vida..., la vida tiene problemas, pero también tiene muchas cosas buenas. La única diferencia es que los problemas siempre los tendrás y ya te puedes disfrazar de lagarterana y ya te puedes enamorar de una gitana, que los problemas nacen como los Nabos o como Iceberes, sólo ves la parte flotante, pero lo gordo o lo que hace verdadero daño, está bajo tierra o bajo el agua y en cambio, las cosas buenas, son como las Gacelas, que siempre corren demasiado. Las cosas buenas van como los trenes o sea se aposentan en sus respectivas paradas, pero si pierdes el tren te quedas en tierra y con la miel en los labios. Lo más bueno en la vida, ha sido el nacer, después el crecer ya ha sido más jodido y ya de adulto, te gustaría ser como un desparecido, que todo el mundo te busque y porque eres un tío cojonudo.
Es como esos sueños medio despierto en que vas y te mueres y te dedicas a contemplar como los demás sufrirían por tí. Pues bueno, sufrirían los más cercanos y sólo unos días, aunque algunos lo hicieran una semana o un mes, pero de ahí, no pasaría la cosa, pues la memoria es selectiva y así tiene que ser. Y un muerto es un muerto y hasta que se demuestre lo contrario, sigue siendo un muerto y el muerto al hoyo que los gusanos también tienen que currar y además ya lo dice la Biblia, polvo eres en polvo te convertirás. No hay consuelo para un muerto y total ¿para qué?. El que se queda, es el vivo y ya bastante tiene con la faena de seguir viviendo como para que los muertos se le queden atravasados en su memoria.
Muere uno y nace otro y eso es ley de vida. Aunque otras veces te gusta soñar con el poder de la resurrección o de la reencarnación. Claro que esto siempre tiene su trampa y lo digo, porque no falla que te reencarnes en otro ser mejor y siempre, siempre, te reencarnarás en un semidios. Pues yo hoy no pido eso, pido mucho menos, pido poder reencarnarme en el mismo tío que soy y con las mismas contradicciones, con las mismas paranoias, con las mismas ilusiones, con los mismos defectos y con los mismos dones. Y os aviso, cuando yo vuelva del más allá, entonces sí que os vais a enterar.
Es como esos sueños medio despierto en que vas y te mueres y te dedicas a contemplar como los demás sufrirían por tí. Pues bueno, sufrirían los más cercanos y sólo unos días, aunque algunos lo hicieran una semana o un mes, pero de ahí, no pasaría la cosa, pues la memoria es selectiva y así tiene que ser. Y un muerto es un muerto y hasta que se demuestre lo contrario, sigue siendo un muerto y el muerto al hoyo que los gusanos también tienen que currar y además ya lo dice la Biblia, polvo eres en polvo te convertirás. No hay consuelo para un muerto y total ¿para qué?. El que se queda, es el vivo y ya bastante tiene con la faena de seguir viviendo como para que los muertos se le queden atravasados en su memoria.
Muere uno y nace otro y eso es ley de vida. Aunque otras veces te gusta soñar con el poder de la resurrección o de la reencarnación. Claro que esto siempre tiene su trampa y lo digo, porque no falla que te reencarnes en otro ser mejor y siempre, siempre, te reencarnarás en un semidios. Pues yo hoy no pido eso, pido mucho menos, pido poder reencarnarme en el mismo tío que soy y con las mismas contradicciones, con las mismas paranoias, con las mismas ilusiones, con los mismos defectos y con los mismos dones. Y os aviso, cuando yo vuelva del más allá, entonces sí que os vais a enterar.
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