TIRAR DEL HILO

¿Sabéis que pasa?.  Que hoy debería estar por los cielos estelares de la madre tierra y porque estoy de guardia localizada y si me llaman, que aún pueden hacerlo, tendré que salir volando de mi gandiosa casa. Y digo grandiosa casa, pues para mi todas mis casas son y fueron grandiosas y no hay ni una, ni siquiera en mis peores tiempos de culebra, a la que no le tenga cariño. No sé, soy a sí de ñoño, pero estema me puede y me puede porque en cada casa he depositado miles de detalles que fueron conformando mi propia historia o cuento y a veces, por un simple detalle de nada, te viene aquella casa y si sigues tirando de ese hilo, recuerdas todos los aconteceres diarios y ahí, incluyo recuerdos buenos y malos y todas en el mismo saco, pues de fábrica, nunca viene separados.

Tirar del hilo es importante y no hay miedos que valgan. Dejarse mecer por las suaves manos de los buenos recuerdos es una cosa y otra y no menos importante, es sentir los ásperos dedos de los malos rollos y porque así, saborearás mejor los buenos momentos. Si todo tiene su aquél, todo tiene su punto y el miedo no debe fundir tus circuitos. Yo he profundizado en esa mares y he descubierto verdaderos tesoros, he visto cosas que antes nunca había visto y porque cuando de aquella estabas metido en un mal rollo hasta la médula, era incapaz de ver el horizonte y por tanto en aquél momento carecía de perspectiva.

Hoy en día, me sobra de eso, me sobra perspectiva por todos mis poros y entonces y en conclusión, es el momento propicio de analizar las anteriores cosas y eso, se hace sin tener miedo y porque el miedo entra cuando no sabes lo que tienes que hacer, pero sí por lo que sea, tienes una claridad apabullante, ese el momento de meterle una buena hostia al miedo. Y no penséis que mi actual situación ha sido un chollo caído del cielo, pues no seños, hubo por el medio mucho sudor, mares de lágrimas y ríos sangre. Sólo hay que saber aprovechar el momento idóneo y eso sólo se consigue dos o tres en la vida, que la vida no lo pone nada fácil, lo sabemos todos, pero si a la vida no la aprietas, tampoco conseguirás nada de nada.

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