Exactamente ahora, son las 19 horas o casi (faltan 10 minutos) y debería y por asuntos de salud mental, hacer un balance de esos que hago de vez en cuando. Día chulo, día bonito, día precioso y todo transcurrió plácidamente y yo me dejé llevar por el día. O sea, que estuve plácido y tranquilo, suave y amoroso y muy dueño de mi mismo, es decir, seguro y aunque los tiempos están más para temblar y por asuntos personales o familiares que ahora no quiero mentar. Bueno, el caso es que yo estuve tranquilo y sosegado, pero eso sí, siempre dispuesto para saltar, si es que hace falta saltar sobre alguien, que ahora no lo sé, pero que próximamente, lo sabré.
Y menuda mierda de balance me está saliendo, parezco untado con azúcar glassé...pero no sé, hoy quiero sentirme un poco Perita en dulce y dulce de sabor y dulce por dentro y dulce por fuera. Y menos mal porque me acabo de acordar que no me había tomado la puta pastilla del azúcar (la de bajar el azúcar de mis venas y arterias) y eso, no me suele pasar. Porque ahora, mis pastillas son como mi desayuno... y mi comida... y mi cena y primero está la pastilla antes que nada. Yo no era de esa religión tan pragmática, pero ahora, lo tengo que ser. Y repito: primero está mi pastilla y después está lo demás.
La culpa de todo la tiene la vejez y sus consecuencias articulares y metabólicas: que si el azúcar zalamero, que si el Colesterol de mierda, que si la Tensión y sus muertos, que si un Ictus y un Síncope y bueno y como todo está tan destartalado veremos como sigue y acaba la cosa. Yo desde luego, morir no quiero y suicidarme, tampoco y yo quiero seguir viviendo, pero no lo voy a decir muy alto y por si me oye el Maligno. No sé, un día os diré adiós y puede que sea el definitivo...pero mientras tanto os seguiré castigando.
Y menuda mierda de balance me está saliendo, parezco untado con azúcar glassé...pero no sé, hoy quiero sentirme un poco Perita en dulce y dulce de sabor y dulce por dentro y dulce por fuera. Y menos mal porque me acabo de acordar que no me había tomado la puta pastilla del azúcar (la de bajar el azúcar de mis venas y arterias) y eso, no me suele pasar. Porque ahora, mis pastillas son como mi desayuno... y mi comida... y mi cena y primero está la pastilla antes que nada. Yo no era de esa religión tan pragmática, pero ahora, lo tengo que ser. Y repito: primero está mi pastilla y después está lo demás.
La culpa de todo la tiene la vejez y sus consecuencias articulares y metabólicas: que si el azúcar zalamero, que si el Colesterol de mierda, que si la Tensión y sus muertos, que si un Ictus y un Síncope y bueno y como todo está tan destartalado veremos como sigue y acaba la cosa. Yo desde luego, morir no quiero y suicidarme, tampoco y yo quiero seguir viviendo, pero no lo voy a decir muy alto y por si me oye el Maligno. No sé, un día os diré adiós y puede que sea el definitivo...pero mientras tanto os seguiré castigando.